Crowdfunding o el arte de pedir por una buena idea

@Cristina_QS Es indiscutible que con la crisis financiera hemos desarrollado un alto nivel de ‘buscarnos la vida’, nos estrujamos el cerebro más que nunca para ser más creativos y tener buenas ideas. Si juntamos todo esto y lo aderezamos con una pizca de solidaridad humana, el resultado lleva por nombre ‘crowdfunding’.

¿Quién no ha escuchado/visto/leído esta palabra en los últimos tiempos? Si buscamos la definición en Google encontramos términos como ‘financiación en masa’, ‘financiación colectiva’ o ‘micromecenazgo’ y se trata del concepto de moda que, en los tiempos que corren, sostiene la creación.

Con el crowdfunding poner en contacto a creadores y mecenas se simplifica, por lo que producir un documental, disco de música, corto, novela o, incluso, un medio de comunicación está al alcance de todos. Pero, ¿quiénes fueron los primeros en sumarse a esto de la ‘cultura compartida’?

Se dice que comenzó a aplicarse en Estados Unidos en 1997 y no sería hasta el año 2010 cuando cruzó el charco y comenzamos a oír hablar de este solidario fenómeno. Sin embargo, existe un ‘pero’ en esta historia y tiene dos nombres: Robe Iniesta y Luís von Fanta; os suenan de algo, ¿verdad?

Pues bien, el conocidísimo grupo extremeño ‘Extremoduro’ fue el pionero en utilizar el crowdfunding cuando ni siquiera sabíamos pronunciar esta palabra. Y es que el vocalista y alma del grupo y el ya fallecido batería plantearon un sistema de donativos para poder grabar la maqueta del que sería su primer disco. Corría el año 1987 cuando, al no tener dinero suficiente, deciden vender vales de 1.000 pesetas como anticipo a la compra de un disco aún no grabado. Consiguieron recaudar 250.000 pesetas que invirtieron en ‘Tú en tu casa, nosotros en la hoguera’; no obstante, no se olvidaron de sus mecenas e incluyeron el nombre de todas las personas y empresas que participaron económicamente en la producción en la contraportada del disco.

El mejor ejemplo de un crowdfunding exitoso es el de ‘El Cosmonauta’. Lo que comenzó como una conversación entre amigos sobre teorías conspiratorias y carreras espaciales ha terminado batiendo el record en España de financiación colectiva, sus creadores pedían 40.000 euros y superaron los 100.000.

El micromecenazgo también puede ir ligado al periodismo y a los medios de comunicación, convirtiéndose, incluso, en una alternativa a la suscripción. Por ejemplo, el caso Fixmedia. Proponían una herramienta a medio camino entre portal de noticias y especie de red social, donde el usuario pueda ‘hackear’ las noticias con total legalidad. Consiguieron recaudar los 8.200 euros que pedían y ya están funcionando en la red.

Otra película, en este caso más modesta, también ha conseguido los productores necesarios para llevarse a cabo. Se llama ‘1013, El Origen de Granada’, se rodará en 3D y cuenta cómo un cristiano, un judío y un musulmán de la ciudad de Elvira emprenden un viaje a pie hasta Córdoba que les llevará a descubrir Medina Garnata, más conocida como la ciudad de Granada.

1013 Crowdfunding from laCinetera on Vimeo.

No solo grandes proyectos consiguen triunfar en el mundo de los donativos, también un comic – ‘Brigada’ – de fantasía épica y medieval consiguió hacerse un hueco y recaudar más de 50.000 euros (11.000 euros más de lo que pedían).

Las plataformas líderes en crowdfunding son Verkami y Lánzanos. La primera sólo acepta proyectos creativos o solidarios y establecen 40 días para conseguir el importe total; mientras que en la segunda el plazo lo establece el creador. En general, las aportaciones sólo se hacen efectivas si, al acabar el plazo, el proyecto consigue completar la financiación. Los mecenas, además, suelen recibir algún tipo de recompensa, obsequio o experiencia a cambio.

Este nuevo modelo de financiación basada en donaciones puede ser la alternativa a los temidos bancos. Conseguir que la palabra rentabilidad se convierta en creatividad. Todo lo que necesitas es tener una buena idea y buen puñado de amigos solidarios que te muevan el proyecto. A partir de ahora, cambiaremos el ‘es más triste pedir…’ por el ‘ a dineros pagados, brazos cruzados’.