28 edición de los premios Goya: Fila 8, butaca 26

Publicado: 12 febrero, 2014 de bloglasombraproducciones en Producción

goya28edicion@comotecuento Me gustan las galas. Disfruto con la alfombra roja y todo el ambiente que rodea una entrega de  premios cinematográficos. Todos los años veo la ceremonia de los Goya por televisión y este año he tenido el privilegio de estar allí y ni siquiera he tenido que trabajar y cubrir el evento para un medio. He estado allí, en una butaca, en concreto en la número 26 de la fila 8. Y orgullosa de ser la acompañante de un nominado. (No te preocupes, lo ganarás algún año). Por lo demás, aquello fue como estar jugando a las siete diferencias.

1. El sofá de casa versus el patio de butacas

La primera de ellas es precisamente ese choque, esa dosis de realidad que te sorprende en la butaca de un salón de actos atestado de las estrellas del celuloide patrio y observar que aquello no es exactamente como se ve desde el sofá de casa. Va a ser cierto eso de que en la tele todo es mentira, no sé si mentirá, pero al menos distorsiona.

Yo quiero pensar que fue por estar allí, que mi percepción de la gala se vio deteriorada por estar sentada, estática, con calor y sed durante unas tres horas, por eso quiero pensar que son cosas mías…

2. Fuentes versus Chanantes

O quizás no tuve tanta suerte como yo creía (La próxima vez que te nominen que sea un año con un presentador molón). Saltó a la vista que Manel Fuentes no tuvo su noche y fue eclipsado con los escasos 10 minutos que los ‘chanantes’ entraron en acción. Aunque hay que reconocer que algunos de los vídeos en los que Fuentes se colaba en las películas nominadas tuvieron su gracia.

3. Espectáculo frente a política

En algunos momentos de la gala parecía que nos acercábamos a ese glamour que yo esperaba impaciente desde el principio. La ovación a Terele Pávez, su estar en el escenario y una lección de lo que debe ser un agradecimiento. Son comprensibles, y mucho, los reproches y protestas lanzadas por la mayoría de los premiados, pero la politización de un evento lúdico, porque el cine es cultura pero una gala de televisión es entretenimiento, no creo que sea la solución. Resulta además exagerado si tenemos en cuenta que las quejas vinieron de los que más visibilidad tienen y pueden lanzar sus opiniones en los medios de comunicación, siempre ansiosos de abrirles sus puertas.

4. Elegancia contra horterada

Esta es siempre la diferencia más comentada tras ver la alfombra roja. Las mejor y peor vestidas de la noche, algo que forma parte del universo premios Goya y a veces puede resultar incluso más ridículo que errar el In Memoriam con una foto de alguien que no ha fallecido. Pero no renunciaré al placer de aplaudir la buena planta de Ana Belén y José Coronado y dejar a los ‘transgresores’ Macarena Gracia y su novio que ensayen sus poses un poco más.

5. Nominados clase A versus nominados clase B

Para todo hay clases y no todos los nominados son iguales. Los hay que entran por la puerta principal y los que no; los que pasan por la alfombra roja y los que no. Por mi tono os podréis imaginar que yo estaba en el lado de los no VIP, los que sólo pisan la alfombra roja al salir del recinto. Es injusto, sí, pero más injusto es que Manel Fuentes llevara las pestañas más largas que yo y no me quejo. Era una noche para disfrutar y nada me lo iba a impedir.

6. Fiesta contra trabajo.

Fue en la postgala donde las fuerzas se igualaban, una fiesta en la que casi todos comimos y bebimos. Y digo casi todos porque algunos trabajaron. He aquí la sexta diferencia. Mientras los artistas disfrutaban de la fiesta, sus representantes trabajaban y movían hilos para conseguir meter a sus clientes en los futuros proyectos del cine español.

7. Vencedores versus vencidos.

Y por último, la más evidente de las diferencias. Ganadores y perdedores. Aunque diremos de manera diplomática que estar nominado ya es un premio y que no hay perdedores. Aunque pensándolo bien, algunos de los espectadores de la gala sí que perdieron su tiempo frente al televisor, pero lo que nunca perderemos, es la esperanza de que el año que viene la gala sea un poquito mejor.

comentarios
  1. rutroncal dice:

    Reblogueó esto en La verdad absoluta no existey comentado:
    La versión de alguien muy cercano a mí de los Goya y cuya visión comparto 🙂

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